miércoles, 9 de octubre de 2013

El color

La percepción del color depende de muchos factores. Cada cultura nombra cada color de un modo distinto ya que cada individuo, según su época y lugar, percibirá de una manera u otra el mismo color que otro individuo de distinta época o lugar. Esto se ve claramente en la historia del arte, ya que cada artista utilizaba una técnica y unos colores que para él eran los correctos. Esto no significa que unos sean correctos y otros no, solamente que cada artista, dependiendo de su contexto, apreciará mejor, para su pintura, unos u otros colores.
Quizás por eso los filósofos consideraban los colores engañosos, como representantes de lo falso y ellos, los sabios dotados de talento, no podían confiar en las fuentes de colores y siempre los han detestado.
En cambio muchos artistas aman los colores, para ellos son fuente de inspiración, pero para los filósofos lo único que pintan son sus fantasías de como ellos perciben el color. Yo no creo que sea ninguna fantasía, más bien lo considero una virtud el poder pintar con tal exactitud los colores que percibimos, porque desde mi inculta percepción del color, veo reflejado el mismo color en la realidad que en el lienzo.
Muchas veces le atribuimos color a una forma, un concepto, un pensamiento y simplemente con este color ya sabemos a qué nos referimos o qué nos quieren transmitir. Es ahí cuando aparece la relación entre las cosas y nosotros, gracias al color.

Unos tienen la virtud de diferenciar más tonalidades que otros e incluso podrían llegar a identificar el mismo color, pero yo creo que dos individuos, cuando se refieran a un mismo color en general, nunca lo pintarán o lo representarán con la misma tonalidad ya que cada ser tiene un grado de percepción y por lo tanto a cada uno le parecerá ligeramente distinto el mismo color.

SALSIL

1 comentario:

  1. ¡Pobres filósofos! Has hecho un buen trabajo con tu comentario de Azúa. Me alegro de que su texto te haya permitido esta reflexión. ¡Bien!

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