Mauro es mi hermano pequeño o como siempre le he llamado, el
pitufo de la casa. Gracias a él y a sus tonterías de niño pequeño cualquier despertar
antes de ir a clase era único. Cada día hacia alguna tontería, incluso sin
querer. Así sí que se empezaban bien los días de instituto. Ahora, con la universidad, ya no puedo
disfrutar de esos momentos pero cuando estoy allí siempre hacemos tonterías y nos reímos los
dos. El día de la foto yo me iba a comer
con los amigos y él iba cantando por la casa con las gafas de sol y así que cogí
las mías y nos hicimos una foto. Siempre que la veo me saca una sonrisa y me
acuerdo de todos esos momentos tontos que tanto nos gustaban. Ojalá pasar más tiempo con él, pero así es la
vida, vamos creciendo y vamos en busca de nuestro futuro.
Salsil
Es cierto, en cuanto la ves, sonríes. Una fotografía encantadora. Gracias por compartirla. Espero que le hayas enseñado el comentario.
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