domingo, 1 de diciembre de 2013

MELANCHOLIA

Hace horas que he visto esta película y aun estoy extasiado. Así es que en primer lugar voy a pedir disculpas por si la idealizo. Pero es que lo que pretendo con esta entrada es hacer que todo el que me lea, vea la película. No pienso contar casi nada sobre la trama de esta película, ya que no es lo que pretendo con esta entrada. Personalmente busco en el cine, la esencia de lo que es, ARTE. Esta película me ha fascinado por la forma en la que muestra las escenas, el cuidadoso detalle de todo, las preciosas imágenes que consigue crear.. Un placer.


El director, Lars Von Trier no se ha ganado al público por sus comentarios pro-nazi en el festival de Cannes, de hecho, personalmente no quería saber nada de él después de esto. Pero dejándole de lado a él como persona, hay que reconocer que lo suyo es ARTE. Lars Von Trier es el director de increíbles películas como Europa, Rompiendo las olas, Bailando en la oscuridad, Antichrist.. 



En el reparto podemos encontrar a Kirsten Dunst en el papel de Justine y a Charlotte Gainsbourg en el de Claire. Charlotte Rampling y John Hurt interpretan a unos padres que, con su comportamiento, pueden explicar con creces las extravagancias de sus hijas. Alexander Skarsgård y Kiefer Sutherland se reparten los papeles de los maridos, uno de ellos humillado y ninguneado por su recién nombrada esposa; el otro, representante, durante la mayor parte del tiempo, del único ápice de cordura y de sensatez que existe en la familia. Stellan Skarsgard como jefe de Justine, y Udo Kier, como planificador de la boda. Haga lo que haga Alexander Skarsgård para mi, no puede dejar de ser el vampiro Eric de True Blood, serie que recomiendo.



“La melancolía se caracteriza psíquicamente por un estado de ánimo profundamente doloroso, una cesación del interés por el mundo exterior, la perdida de la capacidad de amar, la inhibición de todas las funciones y la disminución del amor propio”.  Sigmund Freud
Se trata de una obra compleja, tanto en forma como en contenido, en la que se nos muestra la historia de dos hermanas, Justine y Claire, que representan dos maneras opuestas de enfrentarse al mundo. La primera ha sucumbido a ese complejo estado de ánimo que Freud definía como una especie de aflicción pero sin la perdida consciente de nada ni nadie, una nostalgia de un pasado que nunca fue o un futuro que nunca será, la melancolía. Claire en cambio es una luchadora, una mujer perfeccionista y controladora que trata desesperadamente de implantar cierto orden en el caos.


Tengo que admitir que antes de adentrarme en esta película, me asustaba que fuera muy parecida a "El árbol de la vida" de Terrence Malick, la cual tengo que reconocer, a pesar de las tan buenísimas criticas que tubo, que no me gustó. Creo que lo que no me gusto de la de Terrence Malick es lo que me gustó de la de Lars Von Trier. Las dos ofrecen dos visiones completamente opuestas de la vida y el ser humano: si la idealista película de Malick nos muestra el origen del mundo, el amor divino, la naturaleza sagrada del hombre y la promesa de el re-encuentro tras la muerte, Trier nos enseña el fin del mundo, la soledad del alma humana y una visión negativa de la existencia resumida en la frase de Justine: “life is evil”. Además, ambas películas recurren a largas panorámicas espaciales de indudable belleza, pero mientras Malick las acompaña de la delicada Lacrimosa del “Requiem por mi amigo” de Zbigniew Preisner, Trier prefiere la potencia dramática de Wagner y su Tristan e Isolda.

Lars von Trier también se dedica a la pintura. Sus obras reflejan un universo casi monocromático y angustiante, como en sus películas. Y esta es la verdadera razón de mi entrada. Hubo un momento en el que abrí la boca más de lo normal. Justine, la protagonista de la primera parte, se acerca a unas estanterías donde habían colocados unos libros abiertos mostrando unas obras de arte suprematistas por imágenes de Peter Brueghel, Millais o Caravaggio.



Justine rechaza las intelectuales y frías obras de Malevich incapaces de expresar emociones humanas y decide expresar sus sentimientos a través de la “Ofelia” de Millais, que sin duda ejemplifica su situación de novia muerta (por dentro), y a través de obras de Brueghel como “Los cazadores en la nieve” o más simbólicamente “El país de jauja”, donde Brueghel representa un tema muy frecuente en su pintura, la locura de los hombres.






Y aunque no explícita en la película, también era inevitable la influencia de la representación gráfica más conocida de la melancolía, el famoso grabado de Durero en el que un ángel con actitud de resignada tristeza observa caer una estrella, ¿será acaso el planeta Melancholia acercándose con violencia a la tierra?


MOGGOX

1 comentario:

  1. Me ha recomendado la película por activa y por pasiva y ¡es que no me hago el ánimo! Me "divorcié" de Trier hace unos años y no sé si ha llegado la hora de la reconciliación. No he querido ver los vídeos por si acaso... Estupenda entrada, Moggox. Muy, muy bien.

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