Esta entrada, al igual que el paisaje y el desnudo en
tiempos anteriores, tiene una justificación. La primera es una de las últimas
clases de HAR. La cual me dejo con una especie de mal cuerpo. ¿Está todo
permitido en el arte? y ¿hasta donde estamos dispuestos a llegar? La segunda
razón es más compleja. Sigo a un artista llamado Juan Gatti en Instagram, el cual por ejemplo ha hecho las portadas de muchas películas de Pedro Almodóvar. Hace
unos días le cerraron la cuenta por una imagen en la que a un chico se le veía parte
del pene. Me dio rabia la censura y me hizo pensar que hoy en día aun hay que
justificar el desnudo. A mi parecer somos una sociedad demasiado cuadriculada,
retrograda y con una inmensurable cadencia de cultura.
Foto contra la tauromaquia de Juan Gatti
Todo esto me ha hecho indagar sobre estos artistas que hacen
arte de una forma diferente y transgresora.
Marina Abramovic
Esta artista y su performance "Ritmo 0" la estudiamos en clase y es una de sus más importantes. En la cual realizaba una demoledora reflexión sobre los límites del comportamiento ético. Colocó sobre una mesa 72 objetos que la gente podía usar libremente sobre su cuerpo. Algunos de estos objetos podían dar placer, mientras que otros podían infligir dolor o incluso dañarla. Entre ellos había tijeras, un cuchillo, un látigo, una pistola y una bala. Inicialmente, la audiencia reaccionó con precaución y pudor, pero a medida que pasaba el tiempo (y la artista permanecía impasible) mucha gente empezó a actuar muy agresivamente.
Chris Burden
"At 6 p.m. I stood in the doorway of my studio facing the Venice boardwalk.
A few spectators watched as I pushed two live electric wires into my chest. The
wires crossed and exploded, burning me but saving me from electrocution."
Santiago Sierra
El artista español Santiago Sierra siempre consigue generar polémica a su alrededor. Sierra se salta todos los límites éticos y legales para transmitir sus denuncias a través de sus obras. En la que vemos en la imagen, una serie de inmigrantes ilegales se dejaron tatuar una línea sobre la espalda, una denuncia explícita de las condiciones de explotación en la que viven estos desfavorecidos.
Artur Zmijewski
Conocido por sus fotografías de personas desnudas con miembros amputados, la obra de Zmijewski es incómoda y difícil de asimilar. Según el propio artista, alguien tiene que hacer el papel de malo con el fin de visibilizar aquello que la sociedad oculta y excluye. En otra de sus famosas obras de 2004, Zmijewski convenció a un anciano superviviente de un centro de concentración nazi para que se repasara el tatuaje numérico con el que le marcaron, tratando de revivir la memoria e impedir que se olvide la herida histórica.
Guillermo Vargas
Vargas se hizo mundialmente famoso con una exposición en la cual ató a un perro callejero y enfermo a una pared, dejando que se muriera de hambre. El artista acusa de hipócritas a aquellos que se ofendieron y le denunciaron, ya que en su opinión, nadie hizo nada por salvar al animal y además a nadie le hubiera importado que un acontecimiento tan terrible pasara en la calle, y no dentro del espacio de una galería.
“Me reservo decir si es cierto o no que el perro murió. Lo importante para mí era la hipocresía de la gente: un animal así se convierte en foco de atención cuando lo pongo en un lugar donde la gente va a ver arte, pero no cuando está en la calle muerto de hambre. [...] Nadie llegó a liberar al perro ni le dio comida o llamó a la policía. Nadie hizo nada"
Andrea Fraser
En el año 2003, la artista Andrea Fraser realizó un “curioso” experimento. Como forma de denunciar el fetichismo de los coleccionistas de Arte, y su manera de “comprar” a los artistas, Fraser decidió poner en venta su propio cuerpo a un coleccionista. El resultado, una cinta de vídeo de más de una hora donde la artista se acuesta con su comprador. Los requisitos eran que el coleccionista quisiera una obra de Fraser, quisiera ser registrado en una cinta de vídeo, y que obtendría la primera copia de la obra en la que el coleccionista iba a ser el protagonista.
Max Papeschi
Por último, en 2011, el artista italiano Max Papeschi, ironizando con esta vertiente del arte sin límites ni escrúpulos decidió poner en venta a su madre, para que la señora pudiera vivir dentro de un museo y formar parte de la historia del arte.
“Firmamos un contrato y es tuya, te la llevas dónde quieras, a condición de que la trates bien. Y que me dejes ir a verla cada dos semanas”
MOGGOX
Hay algunas cosas que las llevo con muchísima indignidad. La crueldad en cualquiera de sus manifestaciones es una de ellas. No la soporto, simplemente. Y me sigue pareciendo ridículo los reparos que existen con la desnudez. ¡Qué hipocresía!
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